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»Pero, ¿cómo puedo yo maldecir lo que Dios no ha maldecido?

¿Cómo puedo yo amenazar a un pueblo que Dios no ha amenazado?

Los he visto desde las altas cumbres, los he observado desde las colinas.

Viven solos, y prefieren ser distintos a cualquiera otra nación.

10 Son numerosos como el polvo, no se pueden contar.

¡Quién pudiera morir tan feliz como un israelita!

¡Oh, si yo pudiera terminar mi vida como termina la de ellos!».

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